martes, 6 de mayo de 2014

Domenico Dolce y Stefano Gabbana

  

Domenico Dolce y Stefano Gabbana iniciaron este proyecto en 1985, en la ciudad italiana de Milán. Los comienzos de la firma, que llegó a diseñar ropa para famosos de la talla de Madonna y Monica Bellucci, entre otros, estuvieron directamente relacionados con la moda. Sin embargo, en la actualidad, cuenta con indumentaria, perfumes, relojes, teléfonos celulares y hasta restaurantes.

Domenico Dolce creció en un ámbito concerniente a la moda, ya que su padre (Saverio) era el dueño de un comercio referido al tema. Distinto fue el andar de Stefano Gabbana, quien decidió incursionar en la materia luego de obtener el título de diseñador gráfico.

El encuentro se originó en un taller textil de Milán, en la década del ’70, y en 1981 brotó la idea de la empresa entre ambos. Después de mucho trabajo, en octubre de 1985 dio a luz la marca Dolce&Gabbana y se produjo el primer desfile en Milán. La firma apuntaba exclusivamente a la moda y así, en marzo de 1986, se presentó la primera colección producida internamente.
Con los años, crecieron la notoriedad a nivel nacional y la trascendencia internacional. En abril de 1989 se llevó a cabo el primer desfile Mujer en Tokio y en enero siguiente fue exhibida la primera colección Hombre.




Hacia mediados de los ’90, Dolce&Gabbana relucía entre las marcas de moda; la presencia en ciudades como Nueva York avalaba el indiscutible éxito. Septiembre de 1993 se recuerda particularmente por la confección de los 1500 vestidos exclusivos para la espectacular gira “The Girlie Show Tour”, con la que Madonna recorrió un total de doce países.

Desde 1994, la firma también apostó al público juvenil con la colección “D&G”. Paralelamente, los diseñadores -reconocidos públicamente como pareja- manifestaron su apoyo al movimiento gay, lo cual aumentó el interés de los medios de comunicación y, por consiguiente, la popularidad de Dolce&Gabbana. En 2005 cortaron la relación sentimental, aunque continuaron abocados al diseño en equipo.

La vuelta de Madonna a los escenarios, en noviembre de 2000, no podía efectuarse sin la participación de Dolce&Gabbana, ya consolidada establemente en el mercado. En esa ocasión, no sólo se ocupó del vestuario, sino que además organizó todo lo relativo a las escenografías y la instalación de las mismas.

Estos dos emprendedores siempre se destacaron por el sentido de la oportunidad y la claridad para prever. Un fiel reflejo es el libro “Calcio” (2004), cuyos ingresos se destinaron a la beneficencia y constituye un tributo personal a los futbolistas, que en ese momento empezaban a ser considerados como los nuevos íconos de la moda. Esto derivó en el lugar que D&G tiene actualmente en el fútbol.

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